El padrón de Santiago

A medida que nos aproximamos a Compostela, se multiplican las referencias a Santiago. La etapa de hoy es una verdadera antecámara de lo que va a encontrar al día siguiente. Pero si en Compostela está el fin de la leyenda jacobea, con lo que para muchos es el sepulcro del apóstol (y para otros será su cenotafio), en Padrón está el principio de su mítica llegada a Galicia. Ya conoceremos esa historia más adelante.

La etapa se divide en dos tramos forestales, que se atraviesan por las llamadas corredoiras: caminos viejos, abiertos por gran cantidad de brazos anónimos desaparecidos hace ya mucho, mantenidos entre muros y árboles antiguos. A la salida de Caldas, el puente medieval sobre el río Bermaña nos recuerda que el camino es tan antiguo como la memoria de los hombres. La única subida del día es hasta Gurgollón, pero vale la pena descansar un poco en Carracedo, pues el verde paisaje de Galicia es bellísimo.

Después del alto, se cambia el valle del río Bermaña por el del río Valga, que nos acompaña hasta Pontecesures. Una vez cruzada la ría de Arousa, ya se está en Padrón y, por más que se quiera descansar, hay que planear una visita a la iglesia matriz y a la fuente del Carmen, donde se va a conocer la historia de la llegada del cuerpo de Santiago a la costa gallega.